lunes, 5 de noviembre de 2012

La Colonia.

Entendemos por Colonia a la extensión imperial, social, político, religioso y cultural que se estableció en América durante los siglos XVII, XVIII e inicios del siglo XIX.
En Chile, comienza tras el Desastre de Curalaba en 1598 con el establecimiento de la frontera natural entre españoles y araucanos en el río Bío Bío. Esta etapa, que se prolonga hasta la revolución de la Independencia, se caracterizó por un constante cambio de gobernadores, cuya preocupación principal fue proseguir la guerra contra los araucanos y luchar contra los frecuentes cataclismos naturales (terremotos, donde destaca el producido en 1647 bajo la gobernación de Martín de Mújica y Buitrón) que sufría el país.

Administración colonial
Desde un comienzo, España centralizó todo lo referente a la administración de las colonias que poseía en América y Asia, teniendo a la cabeza al rey, quien era asesorado por el Consejo de Indias.
El Consejo de Indias
Proponía al rey el nombramiento de altos funcionarios civiles y eclesiásticos que se desempeñarían en las colonias. Dictaba las leyes, decretos, reglamentos y ordenanzas que conformaban el derecho indiano. Actuaba también como tribunal supremo, analizando las apelaciones a las sentencias de las Reales Audiencias y sometía a virreyes y gobernadores a juicio de residencia, mediante el cual podían presentar acusaciones con las decisiones tomadas por los funcionarios. Mientras durara su cargo, estos últimos no podían casarse con habitantes del lugar, establecer negocios, comprar propiedades, etc.
Real Audiencia
Era el supremo tribunal de justicia durante la época colonial. Fue un organismo político-administrativo que residía en las principales ciudades de América. Formado por cuatro oidores o magistrados, era tribunal de primera instancia en algunos casos, y de apelación de las sentencias de los jueces inferiores. Se estableció en Chile en 1609.
El Cabildo
Representaba a la comunidad. Se encargaba de administrar las ciudades,  y en algunos casos era representante del rey. Para integrarlo debía ser vecino o encomendero ejerciéndolo por el período de un año.
Estaba formado por dos alcaldes, seis regidores, un secretario y un procurador. Entre sus atribuciones estaban las de preocuparse de la administración local, del aseo y ornato, la salud pública, aspectos judiciales, legislativos y políticos. 

División territorial de América
América estaba dividida en virreinatos, capitanías generales y presidencias. Los virreinatos eran gobernados por un virrey, quien fue el representante directo de la Corona. En el siglo XVI se establecieron en América dos virreinatos: el de Nueva España o México (1535) y el de Perú (1544); en el siglo XVIII se incorporaron otros dos: Nueva Granada (1717) y el Río de la Plata (1776).
Las capitanías generales fueron territorios dirigidos por un jefe militar que desarrollaba el poder civil y judicial. Durante la Colonia eran cuatro capitanías generales: Santo Domingo, Guatemala, Venezuela y Chile.
Por último, las presidencias eran gobiernos creados en territorios ya pacificadas. El poder lo ejercía el presidente de la Real Audiencia, como era el caso de Ecuador y Bolivia.
Economía y Comercio Colonial
En América se producían metales preciosos, materias primas y alimentos. Sin embargo la capitanía de Chile se cultivaba el trigo, el maíz y la vid en la hacienda. Sus productos eran comerciados hacia el Perú enviando además cueros, sebos, frutas secas y vino. Todo el comercio entre Chile y las demás colonias estaba sujeto al Monopolio Comercial impuesto por España, por tal razón se entiende la dependencia económica con el virreinato del Perú.
La Iglesia

Durante la época de la Conquista, los sacerdotes tenían como misión evangelizar a los indígenas y convertirlos al cristianismo, cumpliéndose con ello el propósito espiritual de la colonización.
Los sacerdotes que se establecieron en Chile fueron capellanes de ejército, los que participaron en combates más de una ocasión. posteriormente, se dedicaron a convertir a los aborígenes sometidos tras dichas guerras, y otros fueron misioneros en tierras de Arauco.
La Iglesia jugo un papel muy importante en la colonización americana, especialmente en Chile. Los Reyes Católicos y sus sucesores estaban obligados a impulsar la evangelización, constituyendo el Patronato Real sobre la Iglesia, por el que se aseguraba la remuneración en dinero hacia el clero, la construcción de iglesias, catedrales, conventos y hospitales.
El estrato religioso aumentó considerablemente. Solo en Santiago, a mediados del siglo XVII, existían 200 religiosos. Para la Corona era mucho más fácil “dar el pase a América” a las órdenes religiosas y no a muchos sacerdotes en forma individual. De esta forma, los dominicos y franciscanos desarrollaron una labor misionera alrededor de los pueblos indígenas utilizando el convencimiento. Sin embargo y en contrapartida con los anteriores, también llegaron evangelizadores que solo hicieron riqueza en América.
Los franciscanos fueron los primeros en llegar a Chile, a los cuales se sumaron los agustinos, los mercedarios y los jesuitas. Estos últimos, gracias a la influencia del padre Luis de Valdivia y de la guerra defensiva, consiguieron extenderse en la región araucana.

Conquista de Chile.

A comienzos de 1537 Almagro, el descubridor de Chile por la vía terrestre, abandonó el territorio por Atacama ante la premura de regresar a Cuzco, una vez conoció la rebelión de Manco. Le aguardaban la guerra con Pizarro, la prisión y la muerte a garrote un año después por orden de este último.
Distintos grupos  de los expedicionarios de Almagro exploraron los nuevos territorios y, a medida que avanzaban, la esperanza de encontrar oro y riquezas se esfumaba cada vez más. El país parecía propicio sólo para la agricultura. Como eso no era lo que estos hombres buscaban, decidieron regresar al Cuzco, eligiendo el camino de los extensos y áridos desiertos del norte. Arribaron a Perú a comienzos de 1537.
Diego de Almagro murió al año siguiente, ajusticiado por orden de su antiguo compañero de aventuras, Francisco Pizarro.

La ambición de Valdivia

La muerte de Diego de Almagro dejó el camino abierto para que Francisco Pizarro intentara —a través de sus hombres de mayor confianza— la conquista de Chile. Pese a las ambiciones de los españoles, ninguno tuvo deseos reales de aventurarse en territorio chileno, hasta que el capitán Pedro de Valdivia, quien había luchado contra Almagro en favor de Pizarro en la batalla da Las Salinas, decidió conquistar estas tierras para España.
Valdivia era un hombre destacado por su experiencia y adecuada instrucción militar. Había viajado a América en 1535, solo y dejando en España a su esposa Marina Ortiz de Gaete. Después de servir casi un año en Venezuela, llegó a Perú. Se enroló bajo las órdenes de Francisco Pizarro, y desplegó todas sus dotes militares, recibiendo como premio tierras, indios y una mina de plata. Así, se convirtió en uno de los colonos más acomodados de Perú. Sin embargo, aspiraba a una gobernación propia.
La conquista de Chile por Pedro de Valdivia
En 1539 Pedro de Valdivia (1497-1553), maestre de campo de Francisco Pizarro en la guerra contra Almagro y experimentado soldado procedente de los tercios de Flandes e Italia, solicitó a su capitán y gobernador autorización para realizar una expedición a Chile. Era la oportunidad de probar fortuna y alcanzar hacienda y gloria perseguida en campos de batalla europeos y en numerosas luchas como en las que había tomado parte en América. Pizarro accedió a la petición nombrándole "teniente de gobernador", pero dejó en sus manos levantar y pagar la fuerza con la que acometer la nueva jornada, que no sería sino la finalización de la ocupación del imperio inca, tal y como sucediera en la fracasada aventura de Almagro.
Obtenida la autorización para conquistar y poblar estas tierras en nombre del Rey, Pedro de Valdivia recibió el título de Teniente Gobernador de Chile —es decir, jefe del país que se proponía conquistar—, sometido a la autoridad de Francisco Pizarro.
Por su intervención en la guerra civil del Perú, Valdivia había sido recompensado con una encomienda en el valle de la Canela (Charcas) y una mina de plata en Porco, bienes que puso a disposición de la campaña que se aprestaba a iniciar. Sin embargo, no logró reunir los medios necesarios hasta que pudo alcanzar un acuerdo con un adinerado comerciante llegado de España, Francisco Martínez, que financió el avituallamiento de los expedicionarios a cambio de la mitad de lo que rindiera la Conquista.
Las dificultades serían todavía mayores para reunir una fuerza suficiente que ofreciera garantías para la aventura. Las noticias que habían traído de Chile la gente de Diego de Almagro sobre la ausencia de grandes riquezas y la penuria del viaje desalentaron el reclutamiento. En esta ocasión se pretendía la conquista del país y la fundación de asentamientos estables, por lo que llevarían consigo semillas y animales domésticos.
Debido a estos problemas, Valdivia acordó compartir jornada con Pero Sancho de Hoz, quien fuera secretario de Pizarro y estaba ansioso de hacer efectiva la gobernación que el rey le había concedido en las tierras que descubriera en la región más austral. En enero de 1540 Valdivia partió de Cuzco con apenas once soldados y mil indígenas, decidido a seguir la ruta del desierto que señalara el retorno de Almagro.
 

Descubrimiento de chile.

El descubrimiento de Chile es el período histórico que se inició con la llegada de los españoles a tierras chilenas, específicamente la expedición de Hernando de Magallanes en 1520, luego continúa con la de Diego de Almagro en 1536, y concluye con la llegada de Pedro de Valdivia en 1541, quien inicia el período de la Conquista.

Expedición de Hernando de Magallanes

En su intento por llegar a las Indias, Hernando de Magallanes, también conocido como Fernando de Magallanes, descubrió para España las costas de la Patagonia y de la Tierra del Fuego, y también navegó las aguas del estrecho que luego recibiría su nombre: Magallanes.
En el invierno de 1520, los hombres bajo el mando de Magallanes tomaron contacto con los tehuelches, que llamaron la atención de los españoles por su elevada estatura, su vestimenta de piel de guanaco y su apariencia desgreñada. Fueron considerados como gigantes y bautizados como patagones, supuestamente a causa de las enormes huellas que dejaban sus pies forrados en pieles de guanaco. La región que habitaban fue nombrada Patagonia.
En su paso por el estrecho, divisaron muchas fogatas hacia el sur durante la noche, por lo que dieron a esa zona el nombre de Tierra del Fuego.
Mientras algunas naves de la expedición exploraban el brazo de mar que se abría hacia el sur, Magallanes avanzó hacia el noroeste y tomó posesión de la tierra en nombre del rey de España, en el puerto de las Sardinas, conocido hoy como Bahía Fortescue. A su salida del estrecho, el océano no presentaba tempestades tan frecuentes, por lo que Magallanes rebautizó el Mar del Sur de Balboa como océano Pacífico.
Magallanes y sus hombres fueron los primeros europeos en llegar a lo que actualmente es Chile y fue el que "abrió" las rutas marítimas entre el océano atlántico y el océano pacifico.



Expedición de Diego de Almagro

Los Preparativos

Almagro inició los preparativos de su expedición a Chile con buenos auspicios. Le llegaron noticias de los incas de que la región al sur del Cuzco estaba poblada de oro, por lo que juntó fácilmente 500 españoles para la expedición, muchos de los cuales lo habían acompañado al Perú. Iban también en la expedición unos 100 esclavos negros y unos 1500 peruanos yanaconas para el transporte de las armas, ropas, víveres.
Las noticias que les llegaban de Chile eran absolutamente falsas, pues los incas planeaban una rebelión contra sus dominadores y deseaban que aquel grupo tan numeroso de españoles se alejara de Perú, sabiendo que al sur solo encontrarian indígenas hostiles. Para convencerlos, Almagro le pidió al Inca (rey del imperio) que les preparara el camino junto a tres soldados españoles, el Inca les entregó el más alto jefe religioso del imperio llamado Manco, el Villac-Umu, también a su propio hermano llamado Pablo Inga, y su propia compañía.
Encomendó a Juan de Saavedra que se adelantase con una columna de 100 soldados para que, a la distancia de unas 130 leguas, fundase un pueblo y lo esperase con los alimentos e indios de relevo que pudiera reunir en aquellas comarcas.

Por el camino del Inca

"Expedición de Almagro a Chile", pintura de Fray Pedro Subercaseaux.
Almagro salió del Cuzco el 3 de julio de 1535 con 50 hombres y se detuvo en Moina hasta el 20 de ese mes, detenido por el inesperado arresto del Inca Manco Cápac II (jefe religioso del imperio) por Juan Pizarro, acción que le dio problemas.
Dejada atrás Moina, Almagro se encaminó por el camino del Inca, con los 50 hombres de que consistía su columna. Recorrieron el área occidental del lago Titicaca, cruzaron el río Desaguadero y se encontró con Saavedra en un poblado llamado Paria, en que logró reunir a 50 españoles más, que pertenecían al grupo del capitán Gabriel de Rojas, y que decidieron abandonar a su jefe y dirigirse a Chile, se reunió un total de 150 hombres. Permanecieron cerca del lago Augallas todo agosto, en espera del derretimiento de las nieves de la cordillera de los Andes.
Pasado este contratiempo, se dirigieron a Tupiza, donde se encontraron con Pablo Inga y el Villac-Umu, que tenían recolectado oro de los tributos de la región, y con los tres españoles que los acompañaron. Estos tres españoles mientras esperaban a Almagro se habían dedicado al pillaje y asaltaron una caravana que supuestamente provenía de Chile con oro, el cual le fue mostrado a Almagro. Esto renovó los bríos de los expedicionarios haciéndoles olvidar los padecimientos de la marcha. Aquí Almagro realizó una nueva pausa de dos meses en la expedición, esperando que llegasen las tropas. Sin embargo le inquietó una nueva noticia; había arribado a Perú el obispo de Panamá, fray Tomás de Berlanga, que llevaba poderes para dirimir el conflicto de límites entre los conquistadores. Los amigos de Almagro le solicitaron que volviese para defender mejor su causa, pero el adelantado quería ir por la riqueza chilena, por lo que siguió adelante. Otro contratiempo se presentó cuando el Villac-Umu se escapó de la expedición con todos los porteadores y volvió al norte. Pero Almagro y sus hombres siguieron adelante, ya que aún contaban con Pablo Inga. Los españoles tuvieron que tomar porteadores a la fuerza para poder transportar los avituallamientos, esto causó más de un conflicto con los naturales. Incluso hasta el mismo Almagro estuvo a punto de perecer a manos de un indígena que lanzó una flecha y erró dándole al caballo, que cayó encima de Almagro y le causó serias heridas.
Con más dificultades, incluyendo la pérdida de bagaje en manos indígenas, los españoles llegaron finalmente al norte de Salta, en la antigua Chicoana (en los valles Calchaquíes, no la actual Chicoana en el valle de Lerma), el último paso antes de atravesar los Andes. Ya los deshielos habían comenzado y encontraron crecido al río Guachipas y hubo de ser atravesado a pie todo un día con la pérdida de llamas, y la deserción de los porteadores quienes aprovecharon la coyuntura para huir.

El cruce de los Andes

Los españoles más algunos yanaconas comenzaron a transmontar las primeras alturas de la cordillera de los Andes.
En su avance por la cordillera, los expedicionarios sufrieron muchas penalidades, ya que caminaban agotados por el frío, el congelamiento de sus manos y pies, y por la dificultad de un suelo lleno de guijarros pequeños, de bordes afilados, que les destruían las suelas de los zapatos y las herraduras a los caballos. El gélido clima de la cordillera mató a gran parte de los indios yanaconas que empezaron a dejar en la ruta como un sendero de muerte, pues no tenían la ropa adecuada y andaban a pie desnudo, y a varios los españoles, cuando se quitaban las botas, se les caían los congelados dedos de los pies.
La tradición dice que fue por el hoy llamado Paso de San Francisco por donde Almagro realizó su triste travesía.
Las penurias aumentaron al internarse por ese paisaje helado, inhóspito y silencioso, llegando incluso a detener el avance por falta de ánimos. El conquistador, preocupado por la suerte de sus hombres, encabezó junto a otros veinte jinetes un grupo de avanzada, que atravesó la cordillera y después de cabalgar tres días enteros, llegaron al valle de Copiapó (en ese entonces Copayapu), recogiendo los víveres que le suministraron los indígenas que envió de inmediato para socorro de sus hombres.

Chile Prehispánico.

El territorio actual de Chile fue el menos poblado de todo el continente americano, habitado por diversos grupos indígenas antes de la llegada española. Al inicio, éstos estaban organizados en grupos tribales nómadas, en lo que se conoce como sociedad primitiva, evolucionando luego hasta llegar a convertirse en sociedades aldeanas sedentarias.


Los restos arqueológicos más antiguos del país se encontraron en Monte Verde, cerca de Puerto Montt, y datan del 14.800 a. C., convirtiéndolo en el primer asentamiento humano conocido en América. Algunos restos encontrados en la cueva Fell, un yacimiento arqueológico de Tierra del Fuego, el lugar habitado más austral de Chile, indican que la presencia humana se remonta al 7.000 a. C.

Los cambios climáticos del 6.000 a. C. alteraron drásticamente las costumbres de los paleoindígenas chilenos que debieron adaptarse a un nuevo entorno: se formó el desierto de Atacama, desaparecieron muchas especies y el océano Pacífico delimitó las costas actuales. Estos indígenas debieron adaptarse a un clima mucho más cálido del que estaban acostumbrados, por lo que muchos se trasladaron desde el norte hacia las costas y el valle central. Así, se formaron los principales grupos indígenas chilenos: atacameños y aimaras en el norte grande, diaguitas en el norte chico, los changos en la costa septentrional, la gran familia de los mapuches en el valle central hasta el seno de Reloncaví y los tehuelches, chonos, alacalufes, onas y yaganes en la Patagonia.

De algunos miles de paleoindios existentes en el séptimo milenio adC, la población aumentó hasta un millón doscientos mil indígenas en el siglo XVI de nuestra era. Durante el siglo XV la cultura de los pueblos indígenas sería influenciada por la expansión del Imperio incaico sobre el norte del actual territorio chileno. Ésta comenzó con el Inca Pachacútec, y fue culminada bajo la dirección de los incas Túpac Yupanqui y Huayna Cápac. Estos últimos avanzaron hacia el sur sometiendo a los pueblos aimaras, atacameños, diaguitas y picunches y establecieron finalmente la frontera meridional del Imperio al norte del río Maule después de la Batalla del Maule.

 
En tanto, en la isla de Pascua se desarrolló una cultura de características polinésicas muy avanzada pese a su aislamiento. La antiguo pueblo rapa nui desarrolló un sistema de escritura desaparecido en la actualidad y construyó enormes esculturas conocidas como moáis. Sin embargo, aproximadamente entre los siglos XVI y XVIII, se produjo una crisis que provocaría una guerra civil, la cual arrasaría con la mayoría de los vestigios de dicha civilización.